¿Sufres ansiedad?

En este post vamos a descubrir qué es la ansiedad, cómo se vive y qué puedes hacer para lidiar con ella. Esperamos que sea de tu interés.
¿Qué es la ansiedad?
Siempre he pensado que describir la ansiedad puede variar mucho según el ángulo desde el cual se conozca la ansiedad. Y empiezo de ese modo porque, seguramente, si me hubieran pedido hace unos años que describiera lo que es la ansiedad, posiblemente la hubiera descrito de forma algo distinta a lo que hoy día soy capaz de hacer. Así que te comparto, no solamente mi forma de comprenderla sino, también, cómo desde la fisiología y la medicina evolutiva podemos comprenderla.
La ansiedad es una forma reactiva de adaptación, una necesidad de adaptación que, como humanos, nos ha permitido despertar las alertas y anticiparnos con antelación a posibles amenazas para nuestra supervivencia.
En realidad, la ansiedad surge cuando nuestro organismo siente la necesidad de alertarse para poder predecir las amenazas que el entorno y la vida nos ofrecen.
Algunos signos y síntomas de la ansiedad
- Sensación agitada, nerviosismo o tensión
- Percepción de peligro inminente, sensación de pánico o catástrofe
- Aumento del ritmo cardíaco
- Aceleración de la respiración (hiperventilación)
- Aumento de la sudoración
- Temblores
- Cansancio, flojera y debilidad
- Falta de concentración en aquello que no tiene que ver con el objeto de la ansiedad
- Insomnio
- Síntomas gastrointestinales
Pero, ¿Cuándo empieza la ansiedad?
Existen múltiples tipos de trastornos de ansiedad (desde la conocida agorafobia, a la ansiedad generalizada, la ansiedad por separación, el trastorno de pánico, etc.). En este post queremos reflejar cómo la ansiedad desencadena una respuesta fisiológica que afecta a distintas esferas de la persona, la esfera física i mental además de la esfera psicoemocional y relacional. Pero, en realidad, la ansiedad no deja de ser un estado consecuente, la consecuencia que nos deja algún tipo de evento (doloroso, traumático o emocional) intenso, consciente o no.
Pongamos por ejemplo:
- Una persona vive un evento traumático y genera una hiper-excitación del sistema nervioso, lo que se traduce, normalmente, en un estado de alerta, incomodidad, ansiedad.
- Esto va a despertar en la persona un miedo intenso a nivel central, lo cual activará cambios orgánicos a distintos niveles, como son: cambios endocrinos (hormonales), en la inmunidad, en el estado de ánimo, entre otros.
- Cuando el cuerpo vive un suceso que causó hiper-excitación central y, en cierto modo, un ‘descontrol’ sistémico, se activa la amígdala, una estructura subcortical situada en la parte interna del lóbulo temporal medial, encargada del ‘control’ de las emociones y sentimientos, de las alarmas, las satisfacciones y los peligros. Cuando la amígdala participa en estos sucesos, se activa en la persona el sentido de una lucha constante, una huída, una hipervigilancia o, incluso, una impotencia que paraliza.
¿Cómo debería de ser tratada la ansiedad?
Cualquier trastorno sistémico (que tenga impacto e influencia en distintas partes del organismo de la persona) debería de ser tratado como tal, de forma integral.
Esto significa que deberíamos de tener en cuenta algunos de los aspectos más relevantes en la salud y el bienestar global, como serían:
- La calidad del sueño
- Los pensamientos, las creencias y las percepciones que conviven con la persona
- La gestión emocional en el día a día
- La actividad física y movimiento corporal que realiza
- El tipo de relaciones sociales y personales que establece
- La calidad de su alimentación
- El estado de su microbiota intestinal, así como de las mucosas
- Etc.
Como ves, son muchos factores los que deberíamos de contemplar a la hora de tratar la ansiedad, y la relación cerebro – intestino es clave para comprender bien este enfoque, pronto profundizaremos en un post específicamente para hablar de ello.
¿Qué puedo hacer para reducir la ansiedad que siento?
A pesar de que la ansiedad venga acompañada de sensaciones muy incómodas, incluso de la sensación de muerte inminente, un@ no muere por ansiedad. Sin embargo sí que puede hacer pasar muy malos ratos… ¡Veamos qué puedes hacer para mejorar la ansiedad!
- Dedica espacios en tu agenda que sean, específicamente, para descansar
- Observa cómo son tus digestiones, y cuida de ellas (reposo digestivo, calidad en la alimentación, etc.)
- Practica regularmente ejercicio físico. Son muchos los estudios que demuestran como el movimiento (caminar por ejemplo) actúa como a un ansiolítico natural.
- Practica la relajación o la meditación
- Cuida tu alimentación con nutrientes ricos en minerales (Zinc, Hierro, Magnesio, Vitamina B6, etc.), proteínas de alto valor biológico, omega 3, etc. y, sobretodo, liberando la dieta de aquellos alimentos proinflamatorios (refinados, ultraprocesados, cereales de mala calidad, azúcares y lácteos, etc.)
- Elige situaciones, personas y lugares que te ayuden a encontrar calma.
Si con estas y otras indicaciones que lees, escuchas o practicas, no logras reducir tus niveles de ansiedad, quizás necesites ayuda y acompañamiento profesional en este momento. Pide ayuda cuando lo necesites. Nosotr@s estamos aquí cuando lo necesites, para acompañar de forma integral el cuidado de tu Salud y Bienestar.
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Algunos programas y recomendaciones…
- ‘Mindfulness como estilo de vida’ un programa que te acompaña a lo largo de 8 semanas, en directo y junto a un grupo muy reducido de participantes a introducir la práctica de la atención plena en tu día a día. Con el fin de poder llevar un estilo de vida más apaciguado, sereno y consciente.
- ‘Aprender a meditar’ un programa que avanza al ritmo que tú desees con la introducción a la práctica de la meditación.
- ‘Yoga para principiantes’ un programa diseñada especialmente para aquellas personas que desean iniciarse con la práctica del yoga y todavía no saben muy bien cómo hacerlo.
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