¿Tengo diástasis abdominal?

En la línea con el último post que nos acercó Esther, continuamos con la mirada en el postparto y en cómo, un correcto acompañamiento, ayuda a minimizar las séquelas naturales que puede traernos un embarazo. 

Una de las secuelas más importantes que deja un embarazo y que, por lo tanto, aparece en el postparto es la diástasis abdominal. Pero:

¿Qué es la diástasis abdominal?

La diástasis abdominal es la separación de los músculos rectos abdominales, una lesión muy habitual durante el embarazo debido a la distensión que sufre la fascia que los une por medio de la línea alba. 

Durante el embarazo, al ir creciendo el útero grávido y acompañando al desarrollo del bebé, el abdomen se va distendiendo para dar lugar a esta modificación en las estructuras del abdomen. Éste empieza a crecer y la separación de los rectos es fundamental para que se dé este fenómeno de manera efectiva. Así es que, la diástasis abdominal, vamos a encontrarla en todas las embarazadas, aunque durante el postparto esta separación debería irse reduciendo.

¿Qué pasa si en el postparto la separación natural de los rectos abdominales no se reduce?

Cuando esta separación de la musculatura abdominal no se reduce lo suficiente, deberíamos valorar y, si hace falta, desarrollar un tratamiento. Vamos a ver algunos de los problemas que puede desencadenar la diástasis es la aparición de futuras patologías importantes para la mujer. Entre ellas encontramos:

  • Disfunciones como la incontinencia urinaria de esfuerzo
  • Prolapsos (descenso de uno o varios órganos pélvicos)
  • Patologías de columna lumbar
  • Hernias abdominales
  • Etc.

Y, ¿qué pasa con los hombres? ¿También podrían sufrirla?

Aunque este post va más destinado a las mujeres, por la frecuente presencia de este fenómeno en ellas, es cierto que la diástasis abdominal también se puede dar en los hombres. Los motivos principales en ellos suele ser, o bien por cirugías abdominales o bien por sobrepeso.

¿Qué especialista visito si tengo una diástasis abdominal?

Lo más relevante en un primer momento es que alguien te ayude a identificar si padeces diástasis abdominal. Esta persona puede ser un/a entrenador/a personal, un/a ginecólogo/A, etc. Aunque la persona y profesionalq ue mejor podrán acompañarte en la recuperación será un/a fisioterapeuta uroginecológico. La fisioterapia uroginecológica, además de valorar la postura, la respiración, la activación muscular refleja, etc. valorará si esta separación es o no es funcional.

¿Cómo se diagnostica la diástasis abdominal?

Una forma muy fácil de observar si existe diástasis abdominal es colocando los dedos justo encima de la línea alba. Primero se valora la separación de los rectos en reposo (esta valoración se realiza estirada en la camilla), puede medirse con un pie de rey, cinta métrica o si hay posibilidad, con el ecógrafo. Se hace la medición en varios puntos sobre la línea alba, y se considera que si hay menos de 2,5cm. existe una separación de los rectos, mientras que si la separación entre rectos es mayor de 2,5cm., se considera  diástasis de los rectos abdominales. Además, la profundidad hasta dónde lleguen los dedos en dirección hacia los intestinos será un factor importante a tener en cuenta en cuanto al pronóstico.

Después, con los dedos colocados de la misma manera, y realizando una elevación del tronco (como si se hiciera un abdominal convencional) habría que observar si los rectos del abdomen vienen a abrazar los dedos. De ser así, el pronóstico será mejor que si no lo hacen.

Otro factor muy importante será que nuestro suelo pélvico esté en condiciones y que haya una sinergia con el transverso del abdomen, ya que la contracción del periné va a dar tensión a la línea alba para que haya tensegridad  y mayor estabilidad  abdominal. Todo eso en conjunto dará una mejor gestión de las presiones presentes en el día a día y, por lo tanto, una mejor funcionalidad a nivel lumno-abdominal-pélvico-perineal.

¿Cómo puedo valorar si tengo diástasis abdominal?

Tumbada sobre una superficie y las piernas flexionadas, pon las puntas de tus dedos sobre la línea alba. Puedes hacer una primera toma de contacto y ver si desplazándote hacia los laterales de manera horizontal y sobre esta línea, encuentras los vientres musculares de los rectos del abdomen. Es interesante que palpes por encima del ombligo, en el ombligo y por debajo del ombligo. Observa si dista mucho un lado del otro de la línea. Si hay mucha distancia deberías hacer lo siguiente para ver si es funcional, es decir, que lo rectos responden y quieren venir a cerrar ese espacio:

1- En la misma posición y en el mismo punto de contacto, inspira y al exhalar, eleva tu tronco como si quisieras hacer una abdominal convencional y observa si el espacio se reduce, aumenta o se queda igual.

2- Por último, y para ver si existe conexión con el suelo pélvico, al hacer la misma acción anterior mantén la posición y contrae tu suelo pélvico para ver si la dureza del tejido de debajo de tus dedos aumenta.

Esta valoración en ningún caso substituye a la de un profesional especializado, pero puede darte una idea de cómo se encentra tu abdomen. Si tienes cualquier duda, recuerda que estamos aquí para acompañarte y asesorarte. Puedes contactar con nosotr@s AQUÍ. También te animamos a descubrir más acerca de todos los programas

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